En el ámbito de la física clásica, la energía se considera como una cantidad continua, que fluye libremente sin límites. A finales del siglo XIX, dos físicos prominentes, Lord Rayleigh y James Jeans, utilizando la física clásica, intentaron explicar la radiación electromagnética emitida por un objeto idealizado (un cuerpo negro) que absorbe toda la radiación incidente. Su teoría, la ley de Rayleigh-Jeans, predecía que la intensidad de la radiación emitida por el cuerpo negro aumentaría continua e indefinidamente al aumentar la frecuencia. Sin embargo, las observaciones experimentales revelaron una marcada discrepancia: la intensidad alcanza su punto máximo a cierta frecuencia y luego disminuye bruscamente a frecuencias más altas. Este fenómeno inexplicable fue etiquetado y conocido como la "Catástrofe Ultravioleta".
Este artículo es un avance a 2024 del trabajo de investigación y estudio realizado por Mario Felipe Gómez Lehmann en los últimos 20 años. Para una mayor explicación, acerca de la catástrofe ultravioleta y el origen de la física cuántica vea el siguiente documento: